Los servicios informáticos han sido los únicos capaces de amortiguar en cierta medida los negativos resultados de los productos, ya que su reducción fue del 0,9 por ciento, con un volumen de facturación asociado de 6.335 millones de euros.

Este comportamiento se ha basado en la aportación de los servicios orientados a la prolongación de su ciclo de vida (actividades de mantenimiento y soporte) que crecieron a un ritmo del 5,7 por ciento, mientras que los nuevos proyectos descendieron su cifra de negocio un 5,9 por ciento.

Los servicios telemáticos también resultaron menos favorecidos, con un descenso del 1,6 por ciento de sus ingresos. Registraron un comportamiento dual: los servicios basados en internet (publicidad y comercio electrónico) mantuvieron mayores tasas de crecimiento en detrimento de los más tradicionales (EDI) y transferencia electrónica de fondos).

Los equipos ofimáticos, con un volumen de negocio de 150 millones de euros, registraron un descenso del 26,9 por ciento. Por su parte, la venta de consumibles alcanzó los 322 millones de euros, un 14,9 menos.

En relación a los sectores clientes, la mayor actividad la acaparó Educación y Sanidad, con tasas de crecimiento respectivas del 8,5 por ciento y 4,4 por ciento. Todos los servicios TI vinculados al ámbito privado vieron reducidos sus presupuestos. 

Malos datos del empleo

La evolución desfavorable vivida por el sector a lo largo del año, se ha visto reflejada en una pérdida de 12.073 empleos hasta los 195.991 trabajadores, un 5,8 por ciento menos respecto a lo registrado en 2008.

En cualquier caso, el estudio señala que las empresas siguieron fieles a sus criterios de contratación, ya que la mayor parte de los puestos de trabajo continuaron siendo fijos, al haberse centrado la reestructuración en la amortización de los puestos temporales.

Las áreas funcionales más perjudicadas fueron las de producción de software, dirección, comercial, y marketing. También revela el estudio que la proporción de personal cualificado en el ámbito de las TI continuó siendo elevado: el 61,1 por ciento.

A su vez, el coste medio por empleado se incrementó un 1,8 por ciento, de manera que los gastos de personal se situaron en los 7.282 millones de euros, lo que supuso una reducción absoluta del 4,1 por ciento, mientras que la facturación por empleado fue de 89.100 euros, un 2,5 por ciento menos que en 2008.